martes, marzo 04, 2008

Acerca de los secretos y sus curiosidades (I)


Te escribo en el chill out… —hay una luz preciosa; leer y escribir en este rincón íntimo de la casa es un placer… Puse media docena de discos de “Hotel Costes” en batería… ahora suena Only in New York, de Demon Ritchie… ummm… ¡Cuántas veces me preguntas sobre mis secretos! ¿No sabes que preguntar cosas impertinentes es de mala educación? Los secretos se regalan, no se roban… Los secretos se van desvelando poco a poco, no de una vez… Los secretos se comparten, es una alianza como el arco iris… No obstante has insistido tanto que me veo en la obligación moral de instruirte acerca de ello, a lo mejor aprendes y me das un respiro; déjame pensar qué te cuento y cómo te lo cuento… Hoy por ejemplo me he divertido recolectando pasajes y cositas sobre los secretos para ti. Creo que voy a escribir un texto “grande” sobre el secreto y sus avatares; me parece que incluso tendrá dos capítulos (la solución siempre está en el segundo, por supuesto)… A estas alturas de mis pesquisas todavía desconozco si la solución de mi proverbial insatisfacción existencial será blindar mis secretos para siempre o compartirlos con alguien que los merezca, como tú. Ya veremos qué pasa con la vida, ella dirá más tarde o temprano.

En realidad no es que se haya escrito mucho acerca del secreto, sobre la teoría del secreto; lo que se ha escrito es alrededor, “en torno”, al secreto… Seguramente la mayor parte de las novelas modernas se han escrito para desvelar un secreto, el de sus personajes, el del autor. Algunas veces pienso que en el fondo la Literatura es sólo eso: una inmensa tarea de desvelamiento del “secreto inefable de la vida”, como diría Borges. Pero las palabras pueden tener una doble función: de una parte, desplegar los significados de las cosas, desvelar secretos, conocimientos, hacer transparente lo desconocido y oculto; de otra, encriptar y esconder significados, mensajes que sólo unos pocos conocen o pueden reconocer. De lo uno y lo otro encontramos —o confiamos que exista— en la Literatura. Algo así como una sucesión indeterminada de textos invisibles dentro de textos legibles… es decir el hipervínculo. Y también anagramas, misteriosas palabras secretas mimetizándose, “con-fundidas”, en el bosque de las palabras escritas… ay, palabras secretas y sagradas.

Borges es el maestro del misterio en la literatura moderna. Todos sus cuentos giran en torno a algo que tiene la voluntad de ser revelado: una voluntad superior y anónima, irresistible, ante la cual los personajes no tienen más remedio que dejar que se manifieste en el lugar y en el tiempo que “ya estaba escrito de antemano”… —otra vez el destino. “Es que la tarea literaria es misteriosa. Y si no es misteriosa es un mero juego de palabras (...) Pero si uno siente que la tarea literaria es misteriosa; que no depende de uno; que uno es a veces un amanuense del Espíritu, entonces uno puede esperar mucho, ya que uno no es el responsable. Uno simplemente trata de cumplir órdenes: ordenes de Algo o de Alguien. Digo esas dos palabras con mayúsculas, sin mayor precisión”. Acaso el éxito de Borges radica en su habilidad para dilatar el tiempo de espera en el que se revela el misterio, transmitirnos el sentimiento de inminencia de una revelación que no se produce… Todos los seres y las cosas están a punto de revelarnos algo; si se produjera la revelación antes de lo necesario desaparecería el misterio.

Borges explora constantemente el tema del secreto de la vida, el secreto de las estrellas. Según Borges, los seres humanos no saben nada del orden del universo, nuestras mentes no tienen la capacidad para comprender los secretos universales ni nuestras lenguas la de revelarlos. Sin embargo los seres humanos somos vanidosos y soberbios, creemos que lo sabemos todo, y eso no es verdad. Te recuerdo al respecto un hermoso fragmento de su cuento El etnógrafo, cuando el joven Murdock vuelve a la universidad tras dos años de convivir con los indígenas y aprender sus secretos y le comunica a su profesor que no piensa publicar lo conocido: “Ahora que poseo el secreto, podría enunciarlo de cien modos distintos y aun contradictorios. No sé muy bien cómo decirle que el secreto es precioso y que ahora la ciencia, nuestra ciencia, me parece una mera frivolidad (...) El secreto, por lo demás, no vale lo que valen los caminos que me condujeron a él. Esos caminos hay que andarlos.

Al igual que los cabalistas, Borges consagró su obra a la tarea infinita de desvelar el secreto de la Creación. Pero precisamente lo imposible de esta empresa era lo que le fascinaba: creía que los cabalistas no habían escrito para facilitar la verdad, sino para insinuarla y estimular su búsqueda. El Zohar afirma que “el mundo no subsiste sino por el secreto”, y aquí podemos encontrar una de las claves de la metodología esotérica: un territorio de laberintos simétricos cuyo centro o entrada no se rinden más que a las alusiones. Se trata de una concepción del conocimiento que desconfía de las exactitudes y que ha engendrado no sólo una gramática plural de símbolos sino, sobre todo, una sintaxis basada en períodos concéntricos, imposibles de ser saltados, e intransferibles —como no sea por la experiencia personal, el proceso iniciático.

La Escritura como cifra del mundo y la lectura como desciframiento, son los ejes de la obra de Borges. De ahí su interés por los escribas, los escritores, los libros, las enciclopedias y diccionarios, las bibliotecas, que pueblan sus cuentos e historias. En primer lugar en su cuento La escritura de Dios, en el que un cautivo descubre asombrado que las manchas de la piel del tigre son en realidad una escritura, y que en ella estaba revelado el secreto del universo. En La Biblioteca de Babel, encontramos un número infinito de libros con el mismo formato: cada libro consta del mismo número de páginas, cada página del mismo número de líneas y cada línea del mismo número de caracteres; el significado de cada una de esas obras es impenetrable; la lengua, desconocida. Jaromir Hládik, erudito de Praga, sueña con la Biblioteca del Clementinum, en el cuento de Borges El milagro secreto: “¿Qué busca?", le preguntan. "Busco a Dios... Dios está en una de las letras de una de las páginas de uno de los cuatrocientos mil tomos del Clementinum...” También en El Gólem, uno de los poemas más clásicos de la lírica de Borges, el motivo de la creación asociado al carácter simbólico de la escritura confluye en otro de sus tópicos predilectos, la figura del “regressus ad infinitum”: el hombre que sueña y comprende con estupor que es a su vez el sueño de otro (un dios); el jugador de ajedrez que es a su vez la pieza de un juego divino; el abismo que no tiene fin, como una galería de espejos que se miran… la imagen inmóvil, secreta, de la eternidad…

Ya ves, mi “chela”, cuántas cosas velan y revelan los secretos. Yo mismo tengo grandes, medianos, pequeños secretos que guardo celosamente… otros los regalo de vez en cuando por el puro placer de hacerlo —qué placer regalar— o los entrego deliciosamente a cambio de una foto, una carta manuscrita, una imagen tuya inolvidable... cosas de esas. A estas alturas de nuestra correspondencia te habrás enterado que me gusta escribir sobre misterios y telas de araña, sobre la cara oculta de la luna, las más de las veces con palabras de cuatro letras (aunque a simple vista parezcan esdrújulas). A ver si te regalo esta noche una carta de ocho letras para que te entretengas en tus silencios indescifrables… No hay mayor territorio secreto que el del silencio. Mañana más…



Foto: "En el chill out"

25 comentarios:

cAlanís dijo...

Hola. Un saludo desde Zacatecas, México. Gracias por visitar mi blog. Cierto, lo tengo abandonado. Visitaste Zacatecas? Qué impresión te llevaste? Recibe un abrazo cálido!

Branch dijo...

jejeje

Natalie dijo...

Hola Pau, es verdad que los secretos moviliza en nosotros la idea de que develarlos es nuestra razòn de ser. Solo te pones una meta y dentro de esa meta esta instalado un secreto. Que interesante lectura, te he de confesar que para leerte normalmente debo de tener un poquito de tiempo y ponerte mucha atenciòn, lo bueno es que robas por completo mi atenciòn. Me ha gustado mkucho el blog y sobre todo los libros que mencionas, asi puedo ir eligiendo cuàl leer. Gracias!! y aparte de eso he notado que vienes a México de seguido que gusto, espero que te la hayas pasado bien.

Susana Vera-Cruz dijo...

Hola Pau, realmente un gusto en leer tus post,muy bien enfocados.

Te puedo comentar que los secretos y los misterios , siempre han movido al mundo , de generación en generación, y creo que lo interesante y apasionante de ellos , es justamente ser algo oculto,que en su determinado momento serán destilados y revelados, ni antes ni después, porque todo tiene su tiempo...en la hora, minuto, y segundo preciso.

Si no existieran, el hombre quedaría inmovil, estancado,no evolucionaría, porque cada revelación,produce un movimiento feroz, un cambio.
Ya sea a nivel personal , como en la humanidad.
El sólo pensar en el secreto de la Creación, nos hace romper la inercia y empezar a movilizarnos para poder ser revelada algún día.

Muy interesante tu post y un gusto haberte conocido Pau.

Un beso enorme
Agualuna

Gwynette dijo...

De ocho letras?..creo que puedo adivinar el texto! :-)

Petonets

PD: Me encanta tu rincón íntimo, se oye el mar?

Blasfuemia dijo...

Sin preguntas. Sin secretos. Acabo de darme cuenta que me cuesta escribir sin preguntar, y también... sin secretos.

Syl dijo...

Yo sin secretos, sería menos yo...

Besitos.

ps: me gustó mucho leer tu manera particular de ver los secretos, que hay veces que yo me siento una marciana con los míos.

Silvia_D dijo...

Cada día, con cada una de tus letras, te acercas un poquito, despacito...
Algunos es que corremos mucho... fiummmm!!!! u.u


"Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada".
Albert Einstein

:)))
Jajaajaj

Besitos niño.^^

Silvia_D dijo...

Anda , me olvide de decirte lo de la foto.... me encanta ese rincón, disfrútalo.
Un achuchón, "kaixo"

Almatina dijo...

Shhhh

Eloisemoi dijo...

Todos tenemos secretos.
Nos gusta perdernos en ellos.
Por eso sabemos su valor.
Si decides compartirlos admites que entregas parte de tu misterio.
No obstante, si asi lo sientes lo suyo es que suene la musica...y el momento, osea el tuyo sea compartible.
Me alegro que tengas confidentes.
Es buena cosa.

Te saludo desde mi rincón soleado.

oceania dijo...

Si secretum tibi sit, tege illud, vel revela.
(si tienes un secreto, escondelo o revelalo).

Daniela dijo...

Pau...la curiosidad no es fácilmente dominable. Se hace el intento. Tal vez será la primavera, pero a "chela" le gustan las cartas de ocho letras.
Un beso.

Tu inquilina dijo...

Que boniyo rincon, tiene muy buena pinta, parece calmado y lleno de paz, puede que el sitio perfecto para contarse secretos no?
Besos,
Inquilina

Belén dijo...

Robar un secreto tiene su morbo ;)

besazos

LU dijo...

Admiro la forma en la que llevas este sitio, el tiempo y el cariño que le dedicas. Cómo lo haces?

Anónimo dijo...

Me ha encantado la frase "Los secretos se regalan, no se roban", me la prestas para un post??
Yo creo que lo más grande de los secretos, es guardarlos, muy cerquita del corazón, para que nadie nos los pueda arrebatar nunca...
Sí conozco esa habitación

Martha dijo...

Así que proverbial insatisfacción existencial, eh? ¿Has pensado que eso es muy bueno? Creo que el día que uno está satisfecho del todo, deja de buscar y entonces deja de vivir.
Por cierto, los secretos compartidos también tienen su encanto!

tequila dijo...

Lo primero : gracias.
ummm Borges...
la carta sera suya, los silencios entretenidos por tus palabras de algunos más.

ev dijo...

Excelente Pau
Me vuelvo capullo, que lindo tema secreto
Que dicha que vine...

Y que hermosos esos tejidos de la fotografìa... muy bonito todo

Saludos

la cocina de frabisa dijo...

No deberíamos querer saberlo todo. Deberíamos guardarnos esa parte nuestra que no es de nadie más, esa parte que nos confiere un toque de misterio porque nadie la posee. Nunca he soportado esa frase (por otra parte muy femenina) "¿En qué estás pensando?" Y no me refiero a "secretos", esa palabra tiene algo de por inconfeso, supone delito.

Mi admirado Borges fue un maestro en símbolos que ayuda a los lectores a desentrañar los misterios de la literatura. Me ha encantado que lo hayas incluido en esta maravillosa entrada.
Es un placer leerte.

Un beso

Johannes A. von Horrach dijo...

Buenas noches, gran Pau, com anam? Vuelvo de mi retiro por motivos derridianos, además vinculados a la escritura precisamente, en fin.

No estoy muy puesto en Zohar ni en cuestiones esotéricas, pero me llama mucho la atención lo que se parece su espíritu al proceder de la metafísica heideggeriana. Me refiero a la impenetrabilidad significativa del misterio que es el centro de todo, ese estar tan lejos de cualquier intento de formulación exacta del pensar. Sorprendente.

shalom!

PD: veo que esto sigue siendo un harén ctónico, jejeje, me alegro.

Anónimo dijo...

Me encantó el bulin mistongo y su hermosa catrera, como dice la letra de un tango.
Creo que la vida sin enigmas resultaría muy aburrida. ¿No lo crees?
Descubrir ó robar un secreto, tiene una gran cuota de regocijo y de morbo.
Un cálido abrazote.

Anna dijo...

Qué rincón tannnnn bonito ¡¡¡me encanta!!!

Si supiésemos todo, nos aburriríamos seguro!

Anónimo dijo...

Tiene gracia, pero estoy terminando ahora mismo una tesis doctoral sobre sociología del secreto...