
… Cada instante de nuestros encuentros / celebramos, como una presencia Divina, / solos en todo el mundo. Entrabas / más audaz y liviana que el ala de un ave; / por la escalera, como un delirio, / saltabas de a dos los escalones, y corrías / a través de las húmedas lilas, llevándome lejos, / a tus dominios, al otro lado del espejo.
Fragmento de Los primeros encuentros: poema de Arseni Tarkovski (1907-1989), traducido por Irina Bogdaschevski
Foto: Espejo en casa de Rebecca; julio 2004