jueves, enero 31, 2008

Se llamaba Lucy Landim...



Se llamaba Lucy Landim, había nacido en Torres Vedras, Portugal, hacía veinticinco años; el 9 de agosto de 2007 voló desde su apartamento de Playa de San Juan en Alicante hacia la nada desconocida… Cuando supe de su muerte, cómo, hacía ya más de un mes que se había producido; no podía creer la noticia —nunca queremos creer los acontecimientos irreversibles. Su último mensaje lo había recibido a finales de julio pasado; le contesté diciéndole que estaba en la isla, que no podríamos vernos por un tiempo más o menos largo. No recibí otro mensaje de Lucy… No quiero ahora escribir acerca de los motivos de su elección, la situación que estaba sufriendo, guardo para mí estos pensamientos, mis suposiciones, mi amargura…

Durante este tiempo que me falta Lucy he pensado muchas veces hacerle un homenaje a mi manera —algo creativo, que le gustara, como recuerdo emocionado a esta hermosa mujer que amaba cantar y bailar sobre todo lo demás y cuya vida creíamos era una fiesta permanente. ¡Qué equivocados estábamos, tan distraídos en nuestros estúpidos asuntos! Sigo pensando en ese proyecto; debo hacerlo, se lo merecía; espero hacerlo pronto con la ayuda de mis amigos que la conocieron y disfrutaron su arte y su boca grande, sus risas-carcajadas y lengua de trapo, su mirada de gatita mimosa o de pantera…

Ayer mismo, no sé por qué, me puse a buscar en mis archivos cosas de Lucy: fotos, correos, maquetas de sus músicas. Luego busqué en Internet: qué decepción… sólo había una entrada en Google que tuviera que ver con ella, la de su amiga DJ-Sandrinha-Diva que le recuerda en su página web en un sencillo y muy emotivo album de fotos de Lucy, y con su música, por supuesto —http://-tuma-.hi5.com/friend/109827063--Dj-Sandrinha-Diva--Profile-html… Esta casi total ausencia de referencias a Lucy en la web me ha encorajinado, más todavía si cabe, y animado a hacer algo por fin… Lo primero es esta nota de recuerdo, algunas de sus fotos; pronto vendrán otras cosas, dedicatorias, escrituras…

Ojalá Lucy pueda verse y leerme allí donde esté; ojalá pueda recibir y tomar estas palabras que le envío en los mismos Archivos Akasa, la indeterminada memoria del universo, donde todo se guarda y permanece, el espacio psíquico en donde se fijan las huellas de todo lo que ha sido, es, será… —No sé tu dirección actual, Lucy, ni siquiera tu número de teléfono o cuenta de e-mail para enviarte un sms o un correo. Por eso se me ha ocurrido enviarte este mensaje al universo transparente, al Éter, a Akasa, que sé que tarde o temprano lo encontrarás, nos reencontraremos… Kisses, Lucy… Cuídate… TQ.

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