domingo, febrero 03, 2008

Nakis Panayotidis y carcajadas en Serifos...




Nakis Panayotidis (Atenas, 1947) es uno de los artistas griegos de mayor personalidad en el panorama del arte contemporáneo internacional. Emigrado muy joven a Italia comienza sus estudios de arquitectura en Turín (1967) que abandonó muy pronto para marchar luego a Roma e iniciar su formación en Bellas Artes, teatro y cine. En 1971 conoce a Agnes Häussler con quien, tras su matrimonio, se trasladan a Berna, Suiza, en donde residen y Nakis trabaja hace más de treinta años.

Hay muchos aspectos que me interesan de Panayotidis y en sus obras desde mediados de los años 80’: por ejemplo su admiración y proximidad al Goya más moderno, al romántico tenebrista de paisajes más íntimos y creaciones más sublimes —que atraen y producen inquietud y horror al mismo tiempo—, ese Goya de las “pinturas negras”, los “disparates”… Uno de los aspectos que más me interesó de la obra de Nakis desde el principio fue la incorporación de textos a sus imágenes e instalaciones, y no sólo como estrategia narrativa que colabora en un mejor entendimiento de las posibles intenciones de algunas de sus obras, sino sobre todo por el total protagonismo que adquieren estas “palabras-icono”, tanto por su valor estrictamente plástico como por su enorme capacidad de concentrar en su sencilla caligrafía múltiples valores simbólicos, incluso una enciclopedia de significados y significantes también autobiográficos (no sólo estéticos).

Otro conjunto personalísimo del estilo de Panayotidis que me interesa son sus imágenes fotográficas de arquitecturas y espacios urbanos industriales a los que incorpora materiales muy heterogéneos (piedras, metales, luces, etc.), quizá siguiendo la estela de los artistas del “Arte Povera” italiano con los que ha tenido relación y admira; pero de un modo más funcional que como producto de una compleja reflexión sobre los mismos materiales y su formalidad o sus connotaciones sociales. Creo que su elección y disposición es más deliberadamente compositiva y espacial: se sirve de esta promiscuidad de materiales y objetos para obtener y ordenar una gran variedad de texturas visuales dentro y en torno a sus conjuntos artísticos, para dilatar estos collages de luces y sombras expandiéndolos sin apenas interrupción más allá de los límites físicos de sus cuadros, acaso para enfatizar el dramatismo de las imágenes que ha seleccionado y comunicar más eficazmente la tragedia de las arquitecturas abandonadas a su suerte, su fosilización… Pienso que las imágenes de Nakis Panayotidis son mucho más que fotografías “remasterizadas”. Creo interpretar en ellas teatro, contemplar “foto-dramas”, film stills (secuencias congeladas) de una película sin principio ni final conocidos, fragmentos inconexos de un Destino que se multiplica a su capricho. Hay algo en ellas que las hace contiguas, cercanas semánticamente, incluso físicamente, pero que es incapaz de resolver su evidente soledad y ensimismamiento. Desde luego hay intenciones más profundas en Nakis que las de reproducir únicamente estos ambientes decadentes o enfermizos. Y estoy seguro que tienen que ver con su biografía personal, con su particular mitología de viajero errante, y además griego…

—Nakis tiene una casa en Serifos, sobre el abismo… dicen que en ella estuvo guardada la Gorgona. Mi primera noche en Serifos me desperté de madrugada con un sudor frío y excitado. Si no fuera porque es una locura diría que aquella noche Gorgona entró en mi habitación y me contempló desde su horror… Cómo se reía Nakis cuando se lo conté… Pero él mismo me lo advirtió antes de acostarme… Creo que sus carcajadas eran de celos…

Fotos: Obras de Nakis Panayotidis en la galería Giacomo Guidi, Roma, marzo 2007; Serifos, Islas Cícladas, septiembre 2006

1 comentario:

ev dijo...

Me gustaría ver más obras de Nakis.
Y ese final... la Gorgona... sin saber realmente que fué lo que vió quien... me ha hecho mucha gracias... Este Pau maloso....

Beso