Sacerdotes, iniciados, visionarios de todos los tiempos identificaron a Dios en la luz, en el sol, en el fuego o en el rayo… El arquetipo atribuido al Fuego afortunadamente ha mantenido buena parte de su trascendencia en todas las culturas y en sus conciencias; posiblemente sea uno de los símbolos más universales y poderosos, excepcionalmente fiel a su original significado, a su naturaleza sagrada, que reconocemos no sólo a través de la mitología y en la religión, sino también en la interpretación psicoanalítica, en la especulación metafísica, en las ciencias esotéricas… Sabemos que el Fuego es un elemento esencial de acción múltiple, vivaz y vivificante, que se transforma en incontables apariencias y avatares y transforma todo lo que prende, que consume, calienta, alumbra, pero también puede causar dolor, destrucción y muerte… La mayoría de las culturas que nacieron en tiempos antiguos basaron sus cosmogonías, crearon sus panteones y formalizaron sus elementos esenciales alrededor del Fuego y la Luz, simbolizando el poder de sus supremas deidades en el rayo, la espada flamígera, la antorcha, el martillo y el hacha, poniendo sobre sus cabezas “demasiado humanas” coronas cuyas puntas doradas simbolizaban los rayos del Sol… Reconociéndose como “Hijos del Cielo”, sometiéndose bajo la protección del Fuego Cósmico, se proclamaban también “Hijos del Sol”. La mayoría de las civilizaciones antiguas adoraban al “astro Rey”, pero también intuían que éste no era la única fuente de Luz sino más bien un reflector, por lo que se le representaba con un escudo bruñido —en realidad un espejo— que recogía la inefable “luz que viene del infinito” y proyectaba hacia cualquier rincón lejano del universo… El Sol atraía y condensaba la energía luminosa que habita en el cosmos, la “Fuerza de la Vida” que se renueva permanentemente, participando de ese poder… pero detrás del sol visible existía un fuego más poderoso, el “Sol invisible”, pura emanación del “Logos Divino”… Los Druidas acostumbraban a encender el fuego de sus altares con luz solar, concentrando sus rayos mediante cristales “mágicos” que suponían tenían el poder de atraer el “Fuego divino”… Parece ser que en algunos templos antiguos había cristales y lentes estratégicamente situados que en un determinado día del año, en los equinoccios o solsticios por ejemplo, en una hora precisa, lograban que los rayos de sol concentrados encendiesen el fuego de los altares debidamente preparados para el efecto mágico. Los sacerdotes-magos y los adoradores asumían que los mismos dioses encendían estos fuegos rituales…
—En esta noche vigilia de San Valentín, todavía 13 de febrero de 2008, enciendo una hoguera en el interior de mi cueva. Sitúo doce figuras mitad animales, mitad humanas —nunca sabemos dónde comienza, donde acaba, nuestra instintiva animalidad, nuestra racional humanidad— que giran constantes a su alrededor. Por el centro de este espacio mágico atraviesa el eje de todo lo creado: centro inmóvil, aunque se expanda indeterminado por sus periferias… El centro del centro inmóvil es el fuego sagrado que recibí al nacer. Las figuras representan el tiempo circular, las horas, los meses del año solar, los signos de nuestro horóscopo, el destino con sus emblemas, las gentes que pertenecen a las doce estirpes de nuestra genealogía o merodean nuestras palabras, los doce amores que representan todos los amores pasados y futuros… Todo el universo gira pues alrededor de este fuego que me da calor y alumbra esta noche, hipnotiza sin resistencia alguna por mi parte, felizmente desarmado… Faltan unas horas, unos minutos, para el gran aquelarre de San Valentín…
Ensimismado en mis cosas pero todavía atento, apenas acompañado por las sombras de las horas y los signos de la imaginación que me pertenecen, los recuerdos y mis musarañas, no ceso de mirarte y alimentar tu llama con mis ojos cada uno de su color… Eres el fuego del Amor que no dejo se consuma ni muera esta noche o moriría yo contigo… Pronuncio las siete letras de tu nombre como un mantra… sólo silabear tu nombre, tu cuerpo se estremece… el mundo comienza a bailar a nuestro alrededor y gira a regañadientes; qué se joda… Un hombre-li(e)bre en el centro del universo contempla su sol-edad…
—En esta noche vigilia de San Valentín, todavía 13 de febrero de 2008, enciendo una hoguera en el interior de mi cueva. Sitúo doce figuras mitad animales, mitad humanas —nunca sabemos dónde comienza, donde acaba, nuestra instintiva animalidad, nuestra racional humanidad— que giran constantes a su alrededor. Por el centro de este espacio mágico atraviesa el eje de todo lo creado: centro inmóvil, aunque se expanda indeterminado por sus periferias… El centro del centro inmóvil es el fuego sagrado que recibí al nacer. Las figuras representan el tiempo circular, las horas, los meses del año solar, los signos de nuestro horóscopo, el destino con sus emblemas, las gentes que pertenecen a las doce estirpes de nuestra genealogía o merodean nuestras palabras, los doce amores que representan todos los amores pasados y futuros… Todo el universo gira pues alrededor de este fuego que me da calor y alumbra esta noche, hipnotiza sin resistencia alguna por mi parte, felizmente desarmado… Faltan unas horas, unos minutos, para el gran aquelarre de San Valentín…
Ensimismado en mis cosas pero todavía atento, apenas acompañado por las sombras de las horas y los signos de la imaginación que me pertenecen, los recuerdos y mis musarañas, no ceso de mirarte y alimentar tu llama con mis ojos cada uno de su color… Eres el fuego del Amor que no dejo se consuma ni muera esta noche o moriría yo contigo… Pronuncio las siete letras de tu nombre como un mantra… sólo silabear tu nombre, tu cuerpo se estremece… el mundo comienza a bailar a nuestro alrededor y gira a regañadientes; qué se joda… Un hombre-li(e)bre en el centro del universo contempla su sol-edad…
Foto: Instalación AnimaLumbra de Izabella Jagiello: Castillo de Santa Bárbara, Alicante; febrero 2006
11 comentarios:
Este es un amor
(Efraín Huerta)
Este es un amor que tuvo su origen
y en un principio no era sino un poco de miedo
y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.
Un amor bien nacido de ese mar de sus ojos,
un amor que tiene a su voz como ángel y bandera,
un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo húmedo,
un amor que no tiene remedio, ni salvación,
ni vida, ni muerte, ni siquiera una pequeña agonía.
Este es un amor rodeado de jardines y de luces
y de la nieve de una montaña de febrero
y del ansia que uno respira bajo el crepúsculo de San
Angel
y de todo lo que no se sabe, porque nunca se sabe
por qué llega el amor y luego las manos
- esas terribles manos delgadas como el pensamiento -
se entrelazan y un suave sudor de - otra vez - miedo,
brilla como las perlas abandonadas
y sigue brillando aun cuando el beso, los besos,
los miles y millones de besos se parecen al fuego
y se parecen a la derrota y al triunfo
y a todo lo que parece poesía - y es poesía.
Esta es la historia de un amor con oscuros y tiernos
orígenes:
vino como unas alas de paloma y la paloma no tenía
ojos
y nosotros nos veíamos a lo largo de los ríos
y a lo ancho de los países
y las distancias eran como inmensos océanos
y tan breves como una sonrisa sin luz
y sin embargo ella me tendía la mano y yo tocaba su
piel llena de gracia
y me sumergía en sus ojos en llamas
y me moría a su lado y respiraba como un árbol
despedazado
y entonces me olvidaba de mi nombre
y del maldito nombre de las cosas y de las flores
y quería gritar y gritarle al lado que la amaba
y que yo ya no tenía corazón para amarla
sino tan sólo una inquietud del tamaño del cielo
y tan pequeña como la tierra que cabe en la palma de
la mano.
Y yo veía que todo estaba en sus ojos - otra vez ese
mar -,
ese mal, esa peligrosa bondad,
ese crimen, ese profundo espíritu que todo lo sabe
y que ya ha adivinado que estoy con el amor hasta los
hombros,
hasta el alma y hasta los mustios labios.
Ya lo saben sus ojos y ya lo sabe el espléndido metal
de sus muslos,
ya lo saben las fotografías y las calles
y ya lo saben las palabras - y las palabras y las
calles y las
fotografías
ya saben que lo saben y que ella y yo lo sabemos
y que hemos de morirnos toda la vida para no rompernos
el alma
y no llorar de amor.
...gracias por tu(s) visita(s)...
hola pau. Eres Paulina o Paula? que casualidad! Paula es el nombre que le pondré a mi futura hija que ni está por hacerse aún, pero lo sueño. Gracias por tu visita.
Mi blog no es tan lindo como el tuyo eh! yo sólo estoy experimentando también. No soy de las personas que escriben de lo común sino que siempre en retrospección. Escribo de mi vida, sueños, pensamientos, desahogos... y generalmente lo hago muy rápido asi que puedo hasta equivocarme mucho. Pero lo importante es hacer lo que uno le da la gana no? :)
me gusta derramar todo lo que siento o pienso en el blog.
Ahora mismo miro el tuyo oki? no te pierdas y escribe pues siempre tendrás una lectora ;)
sorry acabo de leer tu perfil y noto que eres hombre. Lo lamento XD
bye
Hola! primero que nada gracias por visitar mi blog y por dejarme un mensajito tan lindo :).
Me declaro enferma crónica del arte, la literatura, la música y de muchas otras cosas bellas de la vida.
Me parece interesante e inteligente el contenido de tu blog. Prometo pasarme seguido por el y leer las entradas anteriores nada más que tenga tiempo porque es lo que más me falta desde hace unas semanas... creo que este blog será una buena terapia para cuando mi cabeza/corazón se salgan de control.
Saludos calurosos y coloridos desde México!
Creo que tienes uno de los blogs más bellos que he leído nunca. Llevo siguiéndote desde hace unos días y cada palabra que has ido esbozando va traspasando poco a poco mi sincera alma. Tus palabras suenan a poesía pura y cuando hago su lectura trascienden hasta el más allá. Creo que tienes todo un arte. Eres un creador de imágenes brutal. Me alegro mucho de que un día escogiera, aunque fuese por azar, leer tu blog. Tienes el poder de inspirar. Felicidades!!! Te seguiré leyendo.
Ellie me, si me permite el capitán del blog, Pau es Pablo en mallorquín.
Sigo con mi pasmo: esto es el paraíso ctónico. Creo que me agenciaré un chaletito cerca del harén, a ver si con el roce...
shalom
El fuego también es el símbolo universal de la adherencia, se requiere de más de un componente para que pueda surgir y mantenerse, como el amor, y una vez que adquiere fuerza no hay nada que lo pueda detener hasta arrazar con todo. Me parece fascinante la polaridad que el fuego representa porque es muy delgada la línea entre el calorcito reparador y el incendio persecutorio.
Yo tengo un bosque que desde hace tiempo está en reforestación, hace un par de años un incendio se lo llevó todo, sin embargo ahora entiendo que también hay siniestros necesarios que purifican y cauterizan heridas.
Gracias a todos por vuestras lecturas y comentarios..
celeste, gracias por ese poema del mexicano Efraín Huerta, uno de los grandes poetas, uno de mis favoritos... Por cierto, recomiendo leer poesía siempre en voz alta, yo así lo hago; la poesía necesita voz, fueron creadas para ser recitadas de viva voz y regalárselas a alguien, a ti mismo por ejemplo...
Ellie, no te preocupes con la confusión... llama a tu hija cuando la concibas, Paula... es un hermoso nombre (duplicará incluso con tal nombre la belleza de su madre, que es inmensa y exótica, que te he visto y admirado en tu blog)... Además de lo que te ha informado Horrach, Pau en mallorquín significa "Paz", que tembién me encanta tener un nombre con ese significado...
Blyte Doll, gracias por visitarme desde tan lejos; yo siempre que puedo cruzo el océano para disfrutar de tu país y su gente... Seguiré viajando a tus costas en mis madrugadas...
Cucalla, bienvenida... Antes en silencio, ahora con tus palabras que me sonrojan (pero me gustan y me ponen que no veas de excitado y contento... jajajaja... es que tenemos un narciso a nuestras espaldas aun a nuestro pesar)... Pues eso, que tus palabras me han permitido entrar a tu casita y disfrutar de tus palabras, qué bien escribes, y de esas imágenes poderosas y evocadoras... Sigue, sigue...
Samantha, gracias por tus palabras de casi todos los días, yo también te disfruto (te leo hasta las entre líneas)... Muy sugestiva tu reflexión acerca del límite... del placer y del dolor, de lo vivificante y la destrucción... como en la vida... Si supiéramos cuál es el límite no nos quemaríamos nunca... (digo en la vida, no sólo con el fuego)... Debe ser una cuestión de encontra nuestro punto de equilibrio, cosas de equilibristas... Y es absolutamente cierto: "el fuego cauteriza las heridas·, ya sabes a lo que me refiero, ¿no?
Y a Horrach, que en esta roca le tuteo, en otras no, le felicito en el día de San Valentín, que alguien me ha dicho que no es misógino, y que disfrute de las ctónicas que encuentre por la vida o le encuentran a él, bien sea por curiosa endogamia o poligamia virtual...
A TODOS::: Hasta luego... El próximo texto, al anochecer, sobre la risa... que ya vale con esta jodida melancolía por hoy...
Gracias por visitar mi casa, serás bienvenido siempre que te apetezca pasarte. Tu visita me ha permitido conocerte y agradarme por ello. Volveré con más calma, me gusta lo que dices y el cómo lo expresas. De la risa, ¿qué decir? “Un día no reído es un día no vivido”, está tan presente en mi vida que no sabría cómo sentir sin ella. Un beso
cuando nos sentimos seguros como para abrir las cerraduras, surge nuestro yo más verdadero y podemos ser completa y honradamente quienes somos.
De tanto en tanto te he visitado, pero nunca tenía tiempo de tirarme hacia atrás. La verdad, a veces tengo antojos o caprichos de hacer caída libre hacia atrás. Apunto un día y a veces acierto y a veces sólo es aproximado. Escogí el trece de febrero porque fue el día en que nació mi madre (y además era martes...imagina..) Y sí, había post de este día.
No te vayas a pensar que he venido directa: he tenido la tentación de quedarme a leer uno que habla sobre la espera y la esperanza (palabra que tengo muy en la sangre desde siempre), post que ,por cierto, otro día abordaré.
Nunca he celebrado el día de san valentín, pero me gusta el ritual del fuego-sol que has contado. Inti.
Me quedo con el dios sol, para que haga bajar mis niveles de melatonina. Hoy por cierto, día segundo del mes de junio en mi pueblo del Maresme, ha caído un fuego cálido, después de lluvia, sí.
Ya ves... aunque voy a tempo presto a veces me da algún antojo de esos de caída libre, y hoy te ha tocado. :-)
Llorar y llover están muy cerca en el diccionario , (como óptica y optimismo) casi que se contaminan...digo casi, porque intento con todas mis fuerzas que no ocurra.
Marina no olvida tus letras, no las old-vida. Las tristezas sí que ya son vida pasada...aunque a veces salgan en forma de tinta sobre papel.
una abraçada,
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