viernes, febrero 29, 2008

Esperar y esperanza, dos palabras antiguas...


Hoy quiero escribirte sobre las esperas y la esperanza… Ayer pasé todo el día pendiente de tus palabras, de tus voces… no veas la de veces que abrí mi correo, que creí oír la musiquita familiar del teléfono mientras entraba y salía del jardín, podaba el seto y arrancaba las malas hierbas… Mi alma sabe esperar, mi cuerpo también aunque le cuesta un poco más, es más chico; hay días que el alma y el cuerpo se desesperan a la par y bailan el mismo tango… Necesito escribirte sobre las esperas y sus entretiempos…

Hay situaciones que no se pueden ni deben provocar con urgencia e insensatez, pero tampoco retrasar indefinidamente, no sea que la vida haga de las suyas… Los encuentros necesarios, como los desencuentros inevitables, poseen siempre su tiempo y espacio únicos —irresistibles, irrenunciables, irrepetibles… La justificación del azar sólo es un recurso afortunado que ahorra las palabras y nos permite seguir creyendo en las virtudes terapéuticas del placebo de la libertad. Hay que dejar de tener miedo al destino: nos hace más frágiles, más humanos, sosiega nuestra impaciencia, reconforta nuestra angustia mientras tanto… El destino nos elige; el destino compensa nuestra lealtad con sus regalos inesperados… ¿Recuerdas qué día nos encontramos, dónde, cómo, qué palabras nos leímos por primera vez?

Paciencia —saber esperar— y esperanza son palabras antiguas, minas de sabiduría si sabemos leerlas como se merecen… Esperar respuestas, encuentros largamente aplazados, certezas de las cuales ignoramos casi todo… esperar por esperar… una espera sucesiva, permanente, un tejer ininterrumpidamente esperanzas —como Penélope, haciendo tiempo y confiando en el retorno de Ulises; o aquella paciencia de la que hablaba Baltasar Gracián en el Arte de la Prudencia: “Saber esperar. Hacerlo demuestra un gran corazón, con más amplitud de sufrimiento. Nunca apresurarse... Si uno es señor de sí, lo será después de los otros. Hay que caminar por los espacios abiertos del tiempo hasta el centro de la ocasión oportuna. La espera prudente sazona los aciertos y madura los secretos pensamientos”… Se trata de un esperar trenzado de pequeñas cosas: un mensaje de vez en cuando, tu cartita de los domingos, esas charlas que nos regalamos alguna madrugada… ya sabes, mujer, domesticar el tiempo, la distancia, sus mordeduras… La esperanza de la que te hablo es más metafísica, original; nunca circunstancial ni contingente, ni necesitada de grandes fisicidades —poco más que lo que intuimos, en donde se precipitan las palabras y abisma al silencio… La esperanza como medida áurea del mundo y las longitudes de nuestra vida; esperar como estado del ser y del sentir, condición sine qua non de nuestra humana precariedad, de seres limitados, incompletos, solitarios insumisos…

¡Cuántas esperas tan distintas; cuántos modos de esperar y estar en el mundo! Y cuánta espera angustiosa y desesperación en mis autores favoritos: Kafka, Pavese, Borges, Jabés… En unos casos se trata de la espera ineludible de la muerte, la única seguridad irrefutable, a la que se aguarda con cierta impaciencia y resignación: “Yo tengo setenta y ocho años, de modo que estoy esperando la muerte, esperándola con una gran esperanza, porque sé —es el único acto de fe que profeso— que la muerte será definitiva, que no habrá otra vida” (Borges). O la dolorosa espera, maltratada, de quien lucha por la escasa recompensa de su supervivencia manteniéndose apenas a flote sobre el oleaje de la duda, fatalmente herido de melancolía: “Lo que espero está siempre más lejos”...“La esperanza se encuentra en la siguiente página. No cierres el libro. He pasado todas las páginas del libro sin topar con la esperanza. La esperanza quizá sea el libro…” (Edmond Jabés: El libro de las Preguntas). O la rabiosa desesperación y malestar de quien se sintió defraudado por la vida y le pide explicaciones, la desafía mirándole a los ojos, y reclama con urgencia: “Saber que alguien te espera, que alguien te puede pedir cuentas de tus gestos y de tus pensamientos, que alguien te puede seguir con los ojos y esperar unas palabras, todo esto te pesa, te empacha, te ofende. Por eso es que el creyente está sano, también carnalmente: sabe que alguien le espera, su Dios. Tu eres soltero —no crees en Dios...” (Cesare Pavese: El Oficio de Vivir)

Pasamos toda la vida esperando, querida mía, aunque nos duela reconocer esta aparente debilidad de carácter. Esperamos que lleguen los deseos a convertirse en realidad, con su escándalo de pestañas enredadas y caricias desordenadas… y luego que los deseos se conviertan en recuerdos, exhaustos de haber vivido otra vez demasiado… Por fortuna casi siempre nos puede la esperanza de encontrarnos al fin con quien sabemos que de seguro vendrá, aunque desconocemos cómo y cuándo se cruzarán nuestras miradas… Y aun con todo nunca duele la espera, sino el desencuentro... Los encuentros son necesarios, los desencuentros inevitables, te decía… Pero no por ello tienes excusa alguna para hacerme esperar como me has hecho esperar todo el día abriendo y cerrando el Pc, mendigando tus palabras… entrando y saliendo del jardín a cada suspiro de la tarde… oliendo tu silencio trufado de miedo y ahora qué hago yo… Vamos a encontrarnos aunque sólo sea en sueños, mi amor, por ahora…


Foto: Buda esperando recostado; Ayutthaya, Tailandia, 1995

33 comentarios:

CUCALELLA dijo...

La vida es una sucesión de esperas, las cuales asumimos desde el primer segundo de nacer, pues siempre esperamos el segundo momento de vida, el tercero, el cuarto...El devenir constante que nunca espera a nadie y que todos debemos esperar...Te espero aqui sin moverme, impaciente de leer tu nuevo escrito. :-) Un gran beso, Pau!!!

Syl dijo...

Tal como dice el encabezamiento de mi blog:
Mientras esperas vivir, la vida pasa.

No me gusta esperar, prefiero vivir el hoy y el ahora...esperar me suena a futuro...y creer que en el futuro llegará algo mejor, me haría ser infeliz.

Me cansé de esperar y aprendí a vivir.Simplemente.

Besitos.

Ginebra dijo...

Pau, sé que no soy yo a la que esperas, pero da igual, aquí estoy!!!. Te decía en respuesta a tu comentario de ayer en mi blog, que te visité cada día, de puntillas, sin hacer ruído. No dejé mi huella, pero estuve aquí. Hoy, que llego pronto, sí me detengo y te digo:
-eso que escribiste es muy bello, profundo e intimista. Me gusta cuando desnudas tu alma y nos la muestras a los demás...
Tiene mucha suerte esa a la que tanto esperas y añoras... ¿se dará por aludida?. espero que sí.
Un gran beso.
P.D. Tú también tienes luz interior. gracias por tus cumplidos.

Anónimo dijo...

Esperar mirando hotarus. Es mi regalo desde el campo
C

Ella te será regresada

Lara Lopez dijo...

Hace un par de semanas me estaba inquietando con este tema ^^
pensaba justo eso de que la vida es siempre una espera...esperar que se haga de día, de noche, esperar la hora de por fin salir al trabajo, esperar el autobús...y esperar que? la proxima espera??
La unica solucion que se me ocurre es eso de evitar juzgar las cosas y convertirlo en algo divertido. aunque sea navegando mentalmente.
mejor diria que la vida es usar bien el tiempo del que se dispone :)
saludos, gracias x las visitas y los comentarios, es un halago de alguien con una farmacopea como la tuya

Recomenzar dijo...

Esperar...es una palabra que me gusta aunque soy gratificación instantánea. Todo lo quiero ahora no mañana....pero la palabra esperar me d☺a nostalgia, me encanta. Uno puede esperar por un beso una llamada por teléfono un regalo una esperanza que te hace linda la vida ..aunque nunca venga simplemente porque la ponés en tu mente y está


besos y vino para vos

Belén dijo...

Pues si, pero hay gente que no sabe esperar... no se si es mi carácter o que... pero... no se esperar me de-espero fácilmente :)

Besicos

Daniela dijo...

Pau...que ingrata esa mujer que te hace esperar!.
Cuando espero con esas ansias como las describes , es porqué me interesa esa persona. Ojalá pronto recibas su mail. Y lo que te diga te haga feliz. Sigo embelesada con tus escritos, eres genial.;)
Un fuerte abrazo.

***Paula*** dijo...

oh! me dio pena este post :'(
pero esta lindo como siempre. A mi me duele mucho esperar, las despedidas solo me dan mucha rabia. Buu, ahora mismo ya me puse triste porque he esperado toda mi vida... y sigo.
Valdra la pena?

***Paula*** dijo...

oye si, quede pensando! valdra la pena? :D
mejor no te pongas pesimista como yo Pau. Espera pensando en lo maravilloso jeeje :)

Jarttita. dijo...

Me gusta mucho tu forma de crear atmósfera: tristeza esperanzada, hoy.

Sabor agridulce.

Una preciosidad llorar así.:).

Anónimo dijo...

Pau, me encantan tus palabras, tus citas, y escribes genial. Si te sirve de consuelo ocupas el segundo puesto en el ranking de mis perros favoritos:
http://es.youtube.com/watch?v=aHWV8rYFhiA

Samantha dijo...

Jejeje, "Solo por hoy esperaré y dejaré que el tiempo sane mi corazón apretadísimo de ansiedad", las esperas muchas veces valen la pena, el tiempo es un gran sanador, sin embargo muchas veces es importante acudir en lugar de esperar, todo depende de lo que está en juego.

Saludos¡¡¡ siempre es un placer venir a este lugar y mirarte por la ventana.

:) Besitos¡¡¡¡

Nany dijo...

Oh! Dios!!... que mal se debe sentir estar se esta manera esperando… en Venezuela suelen decir, el que espera desespera… y una vez leí: las decepciones son producto de que esperamos mucho de las situaciones… un beso

Blasfuemia dijo...

toc toc...

(no añado nada más, voy a envolver este post para quedarmelo, gracias)

Lágrimas de Mar dijo...

hay esperas que te hacen perder la esperanza

veras como te escribe pronto

besos

lágrimas de mar

Soledad Arcos dijo...

hay algunas esperas querido pau que van menguando el alma, particularmente mi tiempo de espera se prolonga hasta cuando dura la esperanza en mi cuerpo, y no en mi mente, porque el cuerpo es sabio, él te indica con síntomas inequívocos cuanto deben de durar las cosas, es la mente la que nos miente y fuerza la máquina, es la mente la que se obstina, por eso a veces sólo basta con recurrir al silencio para encontrar las respuestas...
Que tus esperas no te limiten la experiencia, ni te priven de vivir, que una vez nos topamos con lo aprendido o hacemos caso o desaprendemos

Anónimo dijo...

ME GUSTÓ LO QUE ESCRIBISTE.Esperar, nos pasamos la vida esperando.Esperando que? yo que el tiempo pase rápido. Espero que no te haga esperar mucho. Encantada con tu visita en mi blog.Saludos
anamorgana

ev dijo...

Puede que la espera sea ansiosa
desesperante

pero que tajante por ejemplo esa letra de la canción de Silvio Rodríguez que dice:

ya no te espero...

Al menos en la espera, tienes eso...

ev dijo...

y que lindo el Buda, quiero ir a Tailandia!!!

✈єℓιzα™ τσdσs lσs Dεяεcнσs яεsεяvαdσs cσρчяιgнτ dijo...

A veces uno se cansa de esperar y esperar, cuando uno necesita de la otra persona, que triste que cuando uno pide encontrar a esa persona, para unas personas esta y para ti es como si uno no existiera, no te ha pasado? por cierto, no soy de Zacatecas pero vivi 10 años en Zacatecas... interesante verdad? conociste la plaza de Toros que es un bello hotel? si quieres un dia conversamos de ello en mi blog, hablo de ello... sale? un abrazo hasta el otro lado!

Ornella dijo...

Carpe diem Pau...carpe diem.

Gemma dijo...

Espero en jueves porque también padezco una enfermedad cróncia... Los viernes no me valen: están cerca del naufragio... Los desastres naturales, y hasta los informáticos (malditos mensajes que no llegan) suceden los sábados...
Yo espero en jueves, sin nombre y apellidos, y sueño... Y no digan que aquello no fue vivir...

Acabo de conocerte, qué a propósito...
Hoy es sábado, procuro también "domesticar el tiempo".

Saludos y gracias

Agatha Blue* dijo...

No me gustan demasiado las esperas... al menos, en lo que llevo recorrido de vida, me parecen angüstiosas y menos, cuando se trata de esperar con el corazón abierto a alguien.

En estos dos últimos años he aprendido a que lo que tenga que ser será, pero que mi camino es solo uno y no debo detenerme ante nada. Debo seguir caminando y quiera ya me alcanzará cuando haya solucionado los inconvenientes de su camino.

Por esperar a alguien, no somos mas bondadosos, porque posiblemente esa persona, tenga asuntos que solucionar, no sea su momento o el destino tenga escrito que tiene que ser, pero mas adelante.

Nos dan solo una vida. Una sola. Y no podemos perder ni un solo día, divagando si será hoy o mañana cuando una persona venga a nuestro encuentro.

Porque ojalá, que sea esta misma tarde cuando llame a tu puerta y todo sea dulce como un fabuloso melocotón... pero, de aquí a esta tarde aún quedan unas horas, que puedesa aprovechar en ti, para tus cosas, para tu vida, para tus hobbies, para disfrutar de estar en soledad o en otra compañía.

No es que te invite a buscar a alguien, simplemente, que no vaya ser que por esperar a alguien, pierdas la oportunidad de conocer a otra alma gemela.

Un abrazo largo,

Agatha Blue*

mas de mi que de... lirio dijo...

Que mas puedo contarte que la sensación que en este instante flota en mi pecho... que mas decirte si no que me he enamorado de tus palabras, nada seria tan claro o mas ambiguo que esto...
Enamoras Pau.
Besos desde mi alma.

Me alegra saber que te gusto Aguas de Marzo, es una de mis preferidas... diez años en Brasil dejan marcas.

Luna Carmesi dijo...

Esperar no suele ser verbo de conjugacion feliz...
Sin embargo todos tenemos alguna esperanza dentro nuestro...

Jennifer dijo...

Que hermoso Pau, me recuerda este instante mientras me siento en frente de la pc esperando que llegue un mensaje de ese ser que apareció de la nada y se desvaneció con el viento.

Jennifer

Jennifer dijo...

Que hermoso Pau, me recuerda este instante mientras me siento en frente de la pc esperando que llegue un mensaje de ese ser que apareció de la nada y se desvaneció con el viento.

Jennifer

Marina Culubret Alsina dijo...

Tiendo más mi mano hacia las esperanzas que hacia las esperas. Una vez me dijeron que, dentro del mundo cortazariano, era una esperanza. Defíneme, le dije a la persona que lo mencionó, y me contestó que las esperanzas simplemente "esperan". Fue instantáneo: alcé la ceja izquierda, cosa que hago cuando algo me sorprende o no estoy en sintonía.

No me soporto a mí misma cuando alguna vez la espera se ha pintado del color que has descrito en el primer párrafo.
Me gustan las esperas que se disfrazan de ojos en el presente, y miran, y valoran los macrocosmos que se encuentran a ambos lados de nuestra piel.

Ya ves,
tenía pendiente un encuentro con las esperas y las esperanzas.
"esperamos que lleguen los deseos a convertirse en realidad".
Hoy cuando pasé un instante matutino por aquí, el cielo estaba en neblina. Deseé que se definiera porque mi dolor de cabeza me lo pedía a gritos (ya es la segunda vez que lo deseo y se cumple) y ahora su música líquida acompaña el teclear seco de los dedos.

Tracé hoy una ruta. Hoy no ha sido salto, más bien he hecho una excursión a partir de mi ignorancia en nombres que no había leído en mi vida (en la columna de los derivados...)

En fin...

Anónimo dijo...

dime...si hubiera llegado...nunca se hubiera ido,no?

= Si se va es porque no es ni será...

qué descreída me he levantado hoy y vine y leí este post ...en fin...¿donde estás?

tequila dijo...

buenas:
antes de acostarme y como ando de esa forma quise buscar lo que siempre encontré aquí... el destino me trajo a esta entrada, que ya había leido, pero hoy la encuentro diferente, no sé...
Sólo mandarle un beso(buenas noches)

Fernando dijo...

Me encantó su entrada, y todo entero su blog.

Tan cerca-Tan lejos dijo...

Creo que esa espera tuvo sentido, sin importar si esa persona finalmente apareció... ¡Qué regalo de espera!
Gracias por haber esperado activamente.
Saludos.